La chilena ANDREA CHIGNOLI tiene 32 años y ya ha editado más de 20 producciones audiovisuales entre largometrajes, cortos y documentales. Historias de fútbol y La fiebre del loco son algunas de las películas que han pasado por su filtro editorial. Ahora vive en Nueva York, auspiciada por una beca Fulbright y participa en la creación de un dvd con toda la filmografía de Alejandro Jodorowsky.
Por Ximena Heinsen
Detrás de algunos largometrajes nacionales positivamente evaluados por la crítica, como Historias de fútbol, del cineasta Andrés Wood, está la mano de Andrea Chignoli, una chilena de 32 años que adora, por sobre casi todas las cosas, pasarse las horas encerrada en una sala de edición audiovisual. Técnicamente, lo que Andrea hace es montar las escenas finales que le entrega el director. Define los órdenes, las secuencias y los lapsos de tiempo que finalmente generan el ritmo que las escenas necesitan para contar la historia sin irse por las ramas. Al final de películas chilenas como Paraíso B o La Fiebre del Loco, su nombre sale bajo el crédito de “edición”.
Luego de trabajar con Andrea en su película documental Viaje a Narragonia. el director chileno Germán Berger. la define así: “Es una persona muy inteligente y aguda, ve lo mejor y lo profundiza. Además, tiene una creatividad infinita”.
En los años 80, cuando el cine Normandie quedaba en la Alameda, Andrea se devoraba las películas rusas, francesas y suecas que pasaban en esa sala. Pero no fue consciente de su vocación de montajista de imágenes hasta que un día, cuando tenía 14 años, descubrió a la moviola, una vieja máquina de edición que se usaba en la oficina de su padre publicista. A los pocos días, Andrea usaba la máquina a la perfección.
A los 23 años, después de practicar como asistente de edición y de montar cortos de amigos suyos, debutó oficialmente como editora con el largo metraje de Christine Lucas, En tu casa a las 8. Desde entonces ha montado más de 20 producciones entre largometrajes, cortos y documentales. Ahora vive en Nueva York, respaldada por una beca Fulbright que auspicia su master en Fine Arts con mención en Cine de la Universidad de Columbia. Hasta ahí llegó tentada por profesores de esa prestigiosa universidad norteamericana que conoció en Cuba en 1999, cuando fue invitada a coordinar la cátedra de Edición de la Escuela Internacional de San Antonio de los Baños. En el escaso tiempo libre que le dejaban sus estudios en Nueva York, Andrea editó algunos documentales como El color del amor, una realizaron que explora el terna de las relaciones amorosas en Irán y que fue seleccionado para el Festival de Cine de Montreal 2004. Además, consiguió un contrato con ABKCO Records, compañía que posee los derechos de las tres primeras películas de Alejandro Jodorowsky y que actualmente prepara un dvd con todasu filmografía. Aunque no quiere perder sus contactos neoyorquinos. Andrea quiere volver luego, pues sigue siendo una fanática del cine chileno. “A pesar de los obstáculos financieros que siempre están presentes a la hora de hacer un film en Chile, hay ciertos temas que sólo se pueden formular en un cine periférico. Me gusta que en el cine chileno, y latinoamericano en general, las fuerzas sociales sean parte de la trama. Me gusta que aún no se haya contaminado con un star system”. dice ella.
Revista Paula – Junio 2005